lunes, 13 de febrero de 2012

La Canción del Cigarro

El primer batería que tuve era una especie de trozo de carne con ojos (vamos, lo que viene a ser un batería estándar). Entre sus múltiples vicios se encontraba el del tabaco, de tal manera que no podía aguantar un concierto entero sin echar un pito (ni tampoco era capaz de tocar mientras fumaba). Fue por eso que en mitad de la función cantábamos esto en plan relax mientras él se intoxicaba.



Y ahora un consejo para la gente que toca en bares o que se dispone a hacerlo: nunca metáis canciones de este tipo en el repertorio. En un estadio encenderían los mecheros, pero en un bar lo que hacen es ponerse a hablar a voces de tal forma que meten más ruido que tú. El público de bar está formado por becerros insensibles y solo se les puede domésticar a base de decibelios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario